Fé.
Niño buscaba a Dios en cada esquina del cielo,
entre nubes y estrellas, en un juego sin desvelo.
Pero al crecer, las preguntas le inundaron el ser,
y la fe se volvió un camino difícil de comprender.
Cuestionaba con fervor cada dogma aprendido,
buscando respuestas en lo cotidiano y lo perdido.
En cada rincón del alma, la duda se agigantaba,
mientras el niño de antaño en el recuerdo se alejaba.
¿Dónde reside la verdad, si no en la propia búsqueda?
En cada paso, en cada duda, en cada desventura.
En el eterno cuestionar, en la sed de conocer,
en el encuentro con uno mismo, en el vivir y el creer.
Comentarios
Publicar un comentario